Quedan menos de cien días para que arda la llama olímpica en el pebetero de Pekín.
Yo, ya hace varios meses que en el pebetero particular de mi alma , arde un fuego abrasador cada vez que oigo esa manida frase, tan hipócrita como falsa y tan demagógica como carente de toda lógica racional..”No mezclemos el deporte con la política”,y de verdad que me cuestiono seriamente la posibilidad de duplicar mis sesiones con el psicólogo, mandarlo a la porra o hacerme yo psicólogo. Los seres humanos estamos perfectamente capacitados para “largar” en ciertas ocasiones, frases desafortunadas-autenticas perlas-,a una velocidad que supera con creces la barrera del sonido.
Pierre de Coubertin, fundador de los JJOO de la era moderna, dijo en una ocasión que no estábamos aquí en este mundo para nuestra vida, si no para la de los otros. Nuestras mayores alegrías, no debieran ser las que uno mismo disfruta, al contrario debieran ser aquellas que procuramos a los demás.El régimen de Pekín, está vulnerando sistemáticamente los mas elementales derechos humanos-la pena de muerte, la tortura, falta de libertad de expresión, conflicto con el Tibet y así un largo etcétera. Todo ello contrasta frontalmente con el espíritu de la carta olímpica en su artículo dos y el código ético del COI-Comité Olímpico Internacional-.
Por lo tanto la decisión de haber elegido a China como sede olímpica, me parece un error lamentable, de alto calado y que puede sentar precedentes peligrosos, ya que cualquier gobernante tirano de un determinado estado, podrá tener la oportunidad de que su área sea sede olímpica.
El olimpismo debe servir al pleno y total desarrollo moral del hombre, creando una sociedad más justa, democrática solidaria y no violenta. Todo aquello que se aparte de esos elementales pero básicos principios, será de todo menos una competición en la amplia expresión del término.
Citius, Altius, Fortius o lo que es lo mismo, el más rápido, el más alto y el más fuerte, no es simplemente un lema. El más rápido si, pero no para reprimir a un pueblo que sufre, sino para competir en buena y armoniosa lid. El más alto si, pero no para mirar al otro con vilipendio y de forma denigrante, sino para tratarlo de igual a igual y sin altanería, con bondad y comprensión .Y el mas fuerte, si, pero no para pisotear los mas sagrados derechos del pueblo asiático, sino para celebrar con alegría, el gran espectáculo de la cultura del cuerpo a través del reto del esfuerzo y la superación. Si todas esas reflexiones, suponen mezclar deporte con política, que baje Dios y que pegue una ojeada.
Yo, ya hace varios meses que en el pebetero particular de mi alma , arde un fuego abrasador cada vez que oigo esa manida frase, tan hipócrita como falsa y tan demagógica como carente de toda lógica racional..”No mezclemos el deporte con la política”,y de verdad que me cuestiono seriamente la posibilidad de duplicar mis sesiones con el psicólogo, mandarlo a la porra o hacerme yo psicólogo. Los seres humanos estamos perfectamente capacitados para “largar” en ciertas ocasiones, frases desafortunadas-autenticas perlas-,a una velocidad que supera con creces la barrera del sonido.
Pierre de Coubertin, fundador de los JJOO de la era moderna, dijo en una ocasión que no estábamos aquí en este mundo para nuestra vida, si no para la de los otros. Nuestras mayores alegrías, no debieran ser las que uno mismo disfruta, al contrario debieran ser aquellas que procuramos a los demás.El régimen de Pekín, está vulnerando sistemáticamente los mas elementales derechos humanos-la pena de muerte, la tortura, falta de libertad de expresión, conflicto con el Tibet y así un largo etcétera. Todo ello contrasta frontalmente con el espíritu de la carta olímpica en su artículo dos y el código ético del COI-Comité Olímpico Internacional-.
Por lo tanto la decisión de haber elegido a China como sede olímpica, me parece un error lamentable, de alto calado y que puede sentar precedentes peligrosos, ya que cualquier gobernante tirano de un determinado estado, podrá tener la oportunidad de que su área sea sede olímpica.
El olimpismo debe servir al pleno y total desarrollo moral del hombre, creando una sociedad más justa, democrática solidaria y no violenta. Todo aquello que se aparte de esos elementales pero básicos principios, será de todo menos una competición en la amplia expresión del término.
Citius, Altius, Fortius o lo que es lo mismo, el más rápido, el más alto y el más fuerte, no es simplemente un lema. El más rápido si, pero no para reprimir a un pueblo que sufre, sino para competir en buena y armoniosa lid. El más alto si, pero no para mirar al otro con vilipendio y de forma denigrante, sino para tratarlo de igual a igual y sin altanería, con bondad y comprensión .Y el mas fuerte, si, pero no para pisotear los mas sagrados derechos del pueblo asiático, sino para celebrar con alegría, el gran espectáculo de la cultura del cuerpo a través del reto del esfuerzo y la superación. Si todas esas reflexiones, suponen mezclar deporte con política, que baje Dios y que pegue una ojeada.
Los deportistas que van a participar en este lance se han estado preparando con gran denuedo.
.Han depositado muchísima ilusión en participar, unos subirán a lo mas alto del podio mientras que otros se quedaran en el camino, pero tanto unos como otros, deberían reflexionar y tomar de forma activa cartas en el asunto boicoteando estos juegos, que si no lo remedia nadie-y nadie me temo que lo remedie- pasaran a ser las olimpiadas de la verguenza.
Los dirigentes chinos van a perder una gran e histórica ocasión de dar a conocer al orbe entero su milenaria historia, pues la sombra del fantasma de la represión revoloteara sobre sus cabezas.
Modesto Satorre Palomera
.Han depositado muchísima ilusión en participar, unos subirán a lo mas alto del podio mientras que otros se quedaran en el camino, pero tanto unos como otros, deberían reflexionar y tomar de forma activa cartas en el asunto boicoteando estos juegos, que si no lo remedia nadie-y nadie me temo que lo remedie- pasaran a ser las olimpiadas de la verguenza.
Los dirigentes chinos van a perder una gran e histórica ocasión de dar a conocer al orbe entero su milenaria historia, pues la sombra del fantasma de la represión revoloteara sobre sus cabezas.
Modesto Satorre Palomera
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